Esta serie fotográfica se desarrolla en las Islas Canarias y las Islas Azores y pretende embarcar al observador en un viaje de descubrimiento por las esenciales interacciones entre la naturaleza y los seres humanos.

     Así como cada roca debe su forma a la acción del viento y del agua, el ser humano debe su forma a la naturaleza que lo rodea. En estos tiempos en los que el imperativo de la protección al medio ambiente nos interpela desde cada una de nuestras acciones individuales, no podemos olvidar que somos seres humanos gracias a la naturaleza y que nuestro desarrollo como raza se debe  única y  exclusivamente a las condiciones favorables que nos ha otorgado.

    El autor busca concienciar sobre la importancia del reencuentro con nuestra madre pero no desde la preocupación y temor que se tiene por un ser convaleciente sino desde la convicción de que ella es el único contexto conocido y posible para nuestra existencia como especie.